El Hospital Municipal “Dr. Emilio Ruffa” es, para miles de sampedrinos, el lugar donde se atienden todos los días emergencias, consultas y cirugías que marcan la diferencia entre recibir atención médica o quedar a la deriva. Sin embargo, detrás de esa tarea esencial se esconde una realidad que indigna: las obras sociales no pagan en tiempo y forma las prestaciones brindadas. En este caso, la obra social Unión Personal mantiene una deuda de $62.591.953,62, acumulada en casi 300 facturas impagas durante más de un año.
El Municipio de San Pedro, a través de la Asesoría Letrada, intimó formalmente a la obra social a que salde esta deuda. La carta documento enviada el 22 de septiembre otorga un plazo de diez días hábiles para pagar; de lo contrario, se iniciarán acciones judiciales. No se trata de un capricho: es dinero vital para sostener los servicios del hospital, para pagar insumos, profesionales y garantizar la calidad de la salud pública.
El detalle de la deuda
Monto total: $62.591.953,62.
Facturas: 297 comprobantes presentados en tiempo y forma.
Tiempo de espera: más de un año sin recibir un solo pago.
Prestaciones incluidas: consultas médicas, internaciones, estudios y cirugías.
El Secretario de Economía, Roberto Borgo, lo explicó con crudeza: “Una consulta en el hospital se factura $1.900, sin plus. En el ámbito privado, la misma obra social paga $5.000 y además el paciente abona un plus. Una cirugía de vesícula, en el Ruffa, no llega a $400.000; en el sector privado, no baja de $1.200.000. Estamos cobrando hasta cinco veces menos por lo mismo”.
Además resaltó que, «desde la asunción del presidente Javier Milei, el Gobierno Nacional no actualiza el nomenclador que fija los valores de las prestaciones. Es decir, se trabaja con cifras desfasadas que no reflejan los costos reales.
Además, se eliminó la posibilidad de reclamar ante la Superintendencia de Salud, lo que deja a los hospitales municipales sin otra alternativa que intimar directamente a las obras sociales»
La comparación con el sector privado
Mientras el Círculo Médico de San Pedro decidió suspender la atención a afiliados de Unión Personal hasta que regularizó parte de la deuda, el hospital, por su carácter público, no tiene esa opción: debe seguir atendiendo a todos, aun sin cobrar. Esa es la mayor contradicción: la salud pública garantiza derechos, pero no recibe los recursos que le corresponden.
El reclamo de San Pedro no es solo un pedido administrativo: es una defensa de la salud pública frente a la indiferencia de una obra social que hace más de un año no paga lo que corresponde. Casi 300 facturas y $62 millones que hoy podrían estar garantizando mejores servicios, siguen sin llegar a las arcas municipales.
El Ruffa sigue de pie, atendiendo sin cobrar. Pero esta situación obliga a preguntarnos: ¿hasta cuándo los hospitales públicos podrán sostener semejante inequidad frente a un sistema privado que factura cinco veces más y cobra en tiempo y forma?

