Antonela Lineros nos visitó en el programa radial Decilo Vos, por FM Ciudad 89.1, y con la voz quebrada por la angustia, relató el difícil camino que viene atravesando desde hace un año junto a su bebé, Donatto, diagnosticado con una malformación congénita del encéfalo y un desorden de peroxisomas, una enfermedad metabólica y genética que afecta al sistema nervioso.

Desde entonces, Donatto permanece internado y Antonela, literalmente, no se ha movido de su lado. «Hace un año duermo en un sillón al lado de mi hijo», contó. La angustia fue tan evidente en el aire, que a pesar de la rapidez de su relato, hubo que interrumpirla. Necesitaba hablar, que la escuchen. Y lo hizo con fuerza, con entereza, y con una convicción que desarma, como si llevara grabado en la mente todo lo que le piden:
una vivienda con entrada directa, una habitación exclusiva para él, condiciones que hoy no puede cumplir.

“Ya entregamos todo a la mutual. Todos los aparatos están. Nos falta una casa”, repite una y otra vez, en medio del llanto.

Antonela también explicó por qué no pudo aceptar la propuesta del intendente de un terreno en Santa Lucía: “Está lejos, la ruta no está en condiciones, el hospital no tiene lo que Donatto necesita si pasa algo. Yo necesito estar cerca de mis otras hijas de 9 y 2 años, que casi no puedo ver. Mi familia está separada».

A pesar del cansancio extremo, la joven mamá sigue luchando. Tiene IOMA, el alta médica y la aparatología necesaria. Le resta completar el trámite para contar con dos enfermeras que la asistan en el hogar. «Hay mamás que llevan 7 años así, yo no quiero eso. No porque tenga una discapacidad va a dejar de ser mi hijo. Si tiene una vida corta o larga, yo voy a estar con él».

️Una historia de lucha constante, agotadora y profundamente emocional, «Donatto está estable. Ya no sufre convulsiones como al inicio, en La Plata. Lo visita su kinesióloga y están probando quitarle el respirador de a ratos. El siguiente paso es gestionar la incorporación de dos enfermeras para la internación en el hogar. Pero sin una vivienda adecuada, todo se detiene»

Con videos y publicaciones en redes, Antonela busca que más personas escuchen su pedido. No por lástima, sino por empatía.

Antonela no recibe contención psicológica, aunque claramente la necesita. Está desbordada emocionalmente, sin acompañamiento profesional, sosteniéndose sola mientras cuida de Donatto y se aleja cada vez más del día a día con sus otras hijas.

A pesar de todo, no se olvida de agradecer: “Gracias a todas las personas que me ayudan, a quienes se preocupan, y en especial a Mi Cielo, que me acompaña desde el primer momento”.