El pequeño Noah atravesó una nueva intervención quirúrgica el pasado 20 de octubre, como parte del largo proceso de reconstrucción y recuperación que enfrenta tras las graves lesiones sufridas.
La cirugía, que se extendió por una hora y media, consistió en un injerto en el codo izquierdo, luego de que los médicos notaran que no podía doblarlo con normalidad y se había abierto una zona previa de injerto. Para evitar complicaciones mayores, el equipo médico decidió intervenir nuevamente y reforzar el área afectada.
Además, durante el procedimiento se injertó en la axila y en la zona baja de la espalda, utilizando tejido de la pierna derecha como parte dadora. Según informaron los profesionales, todo salió bien, y aunque hay un leve sangrado atribuido a la medicación, Noah se encuentra bajo monitoreo constante y con una evolución positiva.
Sin embargo, en medio de este proceso, surgió una nueva dificultad: su mamá, Irma, quien lo acompaña día y noche en el hospital, contrajo COVID-19. Luego de presentar síntomas leves, fue al Hospital Muñiz —ubicado a pocas cuadras—, donde el test dio positivo. Por decisión médica, ambos permanecerán aislados por un mes en la habitación, sin posibilidad de salir ni recibir visitas.
Más allá de los avances médicos, el desafío también es emocional. Noah enfrenta cambios profundos en su cuerpo, que se va reconstruyendo poco a poco, con dolor, paciencia y mucha fortaleza. Extraña su casa, su entorno, pero no deja de luchar cada día con el acompañamiento de su mamá y el cariño de toda la comunidad que sigue de cerca su historia.