Los ingenieros agrónomos Alejandro Bagnolo y Marcos Mitelsky son los impulsores de un proyecto pionero en la región: la creación de LMA, el primer laboratorio privado del país habilitado para realizar ensayos de volatilidad, clave para evaluar el comportamiento de fitosanitarios y bioinsumos.
El emprendimiento tiene base en Gobernador Castro, donde cuentan con un campo experimental y un laboratorio de biología aplicada, complementados con ensayos en Ramallo. Desde allí, trabajan junto a productores y empresas de la zona norte de Buenos Aires, consolidando a San Pedro como referencia en investigación agrícola.
Mitelsky explica cómo empezaron con el laboratorio: “Arrancamos en 2018 para complementar los ensayos a campo, donde podíamos tener todas las condiciones controladas. Teníamos un caso de que había un pronóstico de lluvia firme, pero si la misma no ocurría, no sabíamos qué sucedería en ese caso con un producto a aplicar. Entonces nuestros clientes querían hacer un ensayo que se llama de ‘preemergente’. En el laboratorio se pueden provocar todas las posibilidades y así obtener cada resultado y es una información muy valiosa y precisa. Fue así que decidimos montar el laboratorio”, expresa.
“Al año que empezamos con el laboratorio, empezamos a trabajar con bioinsumos, aprovechando el ‘boom’ que sucedía -continúa Alejandro-, si bien ya veníamos trabajando en el campo: midiendo raíces, parte aérea, presencia de nódulos, distintos tratamientos con semillas, simular ‘carryover’ de herbicidas (que es el efecto residual que queda en el suelo después de una aplicación) y ver cómo se comportan estos bioinsumos, si todos sirven para todo o sólo para una sola cosa. En fin, ir buscando el nicho. Y debemos destacar que hemos ido experimentando un aumento exponencial de trabajos, que no cesa”, declara, satisfecho.
La información fue publicada por el portal especializado Bichos de Campo, que destacó el crecimiento de este proyecto, desde sus orígenes como consultora en 2014 hasta convertirse en un centro reconocido por Senasa y en constante innovación con semillas, bioinsumos y cultivos experimentales.
Por Esteban “El Colorado” López
Bichos de Campo