El escándalo por el fentanilo clínico contaminado sigue escalando y ya se convirtió en una de las tragedias sanitarias más graves de los últimos años en Argentina. El número de víctimas fatales asciende a 53 personas y hay cerca de 90 pacientes afectados, según confirmaron fuentes oficiales y judiciales.
La sustancia, que debía ser utilizada en entornos médicos bajo estrictas condiciones, fue distribuida por los laboratorios HLB Pharma Group S.A. y Ramallo, ambos bajo la lupa de la Justicia. El juez federal Ernesto Kreplak ordenó 22 allanamientos simultáneos para secuestrar documentación, insumos y evaluar irregularidades en la cadena de producción y distribución.
Los lotes comprometidos —31202, 31244 y 31200— contenían bacterias como Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii, que provocaron infecciones severas en pacientes de hospitales de Buenos Aires, Santa Fe y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
A pesar de los operativos sanitarios, solo se logró recuperar el 40 % de las ampollas distribuidas, lo que deja más de 550.000 dosis todavía en circulación, generando un alto riesgo para pacientes y profesionales de la salud en todo el país.
Además, el caso tomó un giro internacional: en Paraguay, inspectores detectaron un predio con 82 máquinas industriales valuadas en USD 84 millones, presuntamente destinado a una expansión del laboratorio en la región. No hallaron drogas, pero sí documentación clave que ya fue incorporada a la investigación argentina.
Tanto el Ministerio de Salud como la ANMAT fueron aceptados como querellantes en la causa, marcando una posición institucional ante una situación que puso en jaque a todo el sistema sanitario.
La combinación de negligencia, falta de controles y posible responsabilidad penal empresarial configura un panorama alarmante. Mientras se profundizan los operativos judiciales, la amenaza continúa latente en hospitales y farmacias que aún podrían tener el fentanilo contaminado en sus depósitos.
¿Qué es el fentanilo y para qué se usa?
El fentanilo es un opioide sintético de altísima potencia, entre 50 y 100 veces más fuerte que la morfina. Fue desarrollado para uso médico y es ampliamente utilizado en hospitales por sus efectos analgésicos y anestésicos.
¿Para qué se usa?
En cirugías: como anestésico general o sedante.
En terapias intensivas: para pacientes con respiración asistida o dolor severo.
En oncología: para tratar dolores intensos en pacientes con cáncer.
En cuidados paliativos: cuando otros analgésicos no son suficientes.
Se administra por vía intravenosa, parches transdérmicos o comprimidos bucales, siempre bajo prescripción médica estricta.
⚠️ ¿Por qué es tan peligroso?
Su alta potencia hace que una mínima sobredosis pueda provocar depresión respiratoria y la muerte.
Es muy difícil de dosificar sin controles clínicos precisos.
En EE.UU. y otros países se lo vincula a crisis de salud pública por sobredosis, muchas veces mezclado ilegalmente con otras drogas.
¿Por qué murieron las personas afectadas por el fentanilo contaminado?
Las muertes fueron causadas por infecciones graves tras la aplicación de ampollas de fentanilo clínico contaminadas con bacterias peligrosas como:
Klebsiella pneumoniae
Ralstonia pickettii
Estas bacterias ingresaron al cuerpo a través de la inyección intravenosa del fentanilo adulterado, lo que provocó en muchos casos:
Sepsis (infección generalizada)
Shock séptico
Falla multiorgánica
Muerte en pocos días, especialmente en pacientes ya vulnerables (cirugías, cuidados intensivos, oncológicos).
¿Dónde fueron atendidos?
Los casos se registraron en hospitales públicos y clínicas privadas de varias provincias, donde se usaron los lotes contaminados en contextos médicos legítimos (cirugías, tratamientos oncológicos, anestesia).
Lugares confirmados:
Provincia de Buenos Aires
Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA)
Santa Fe
Entre Ríos
Chubut
En todos los casos, el fentanilo fue administrado como parte de tratamientos médicos, no en un contexto de consumo recreativo o ilícito