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Aquel 22 de junio de 1990 quedó grabado para siempre en la memoria colectiva de San Pedro. Dos leones atacaron a cuatro personas y dejaron una marca imborrable en nuestra historia. Hoy, a 35 años de aquella madrugada trágica, María Laura Lobaiza —única sobreviviente del ataque hoy— revive el espanto de una noche que cambió su vida para siempre.

“Conocí el infierno”

Nos recibe en su casa de Joaquín V. González 1340, junto a su hija Luli. La entrevista estaba pautada para las 17, pero llego media hora tarde, pero allí estaban: firmes, esperándome. Sus ojos claros, serenos pero tristes, reflejan la carga de lo vivido. Y con una dulzura que contrasta con el dolor, empieza a contar…

“Ese día había disfrutado con mis hijos. A la noche ya estábamos acostados. Tipo 3:30 de la mañana, mi mamá golpea desesperada la puerta. El vecino de al lado gritaba. Pensamos que se estaba peleando con alguien. Cuando mi esposo sale y se acerca al tejido, ve algo impensado: un león atacandolo.

Me dice: ‘Agarro el machete y voy’. Yo me quedé adentro con mi hija en brazos. Pasaron unos 30, 40 minutos y no volvía. Entonces le digo a mi hijo mayor que agarre a la bebé, y salgo. A los pocos metros veo a mi esposo con un león encima… al vecino también.

Me doy vuelta para pedir ayuda y ahí me ataca uno de los leones. Me fracturó por todos lados. La mandíbula en tres partes, arañazos por todo el cuerpo. Yo quería saber dónde estaba mi marido… hasta que sentí una explosión en la cabeza. Estuve en coma. Cuando despertamos, nos enteramos que Petroni, el vecino, había muerto.”

El relato se detiene. Su hija Luli interviene. “Nunca supimos quién soltó a los leones. En la esquina había una carnicería, tal vez el olor los atrajo. La jaula estaba cerrada con una madera. No se abrió sola.”

El dato más escalofriante llega después: los leones estaban en San Pedro como garantía de una deuda que el Circo Arkay mantenía con el Municipio. Tras su última función, el circo que se encontraba en el predio de Nuestra Señora del Socorro y Ruíz Moreno se fue, pero dejó los animales. Esa noche, alguien —hasta hoy no identificado— abrió la jaula. Los animales, hambrientos, salieron a matar.

“Sí, se pudo evitar”, responde María Laura con firmeza. “El día anterior ya se había denunciado que nadie les daba de comer ni de tomar agua.”

La familia inició una demanda por daños y perjuicios contra el Municipio. Ganaron, pero tardaron 8 años. María Laura guarda un libro con recortes, fotos y fechas de todo lo que vivieron. Lo conserva con dolor, pero también con la necesidad de que no se olvide lo que pasó.

Su hija también carga con secuelas. “Sufrí bullying en la escuela —cuenta—. Se burlaban por cómo le había quedado la cara después de las heridas. Me decían cosas horribles.”

Hoy, a 35 años, siguen sin saber quién soltó a los leones. Pero en la voz de María Laura, todavía viva, está la fuerza de una mujer que conoció el infierno… y volvió.

La entrevista completa en el enlace
A 35 años del ataque de los leones del Circo Arkay SAN PEDRO