La familia de Enzo Solera decidió transformar el inmenso dolor de su pérdida en un gesto de amor y gratitud. En agradecimiento por todo el apoyo recibido durante su internación, se acercaron al Jardín de Infantes N° 905 de Gobernador Castro para realizar una donación de juguetes y elementos didácticos destinados a los más pequeños.
“Queríamos devolver un poco de todo lo que nos dieron”, expresó Daniela, hermana de Enzo, quien contó que la elección del jardín no fue casual: “por allí pasan todos los niños del pueblo, Enzo fue y su sobrino también”.
Enzo Solera tenía 29 años y falleció el 14 de abril en el Sanatorio Aliar de Rosario, tras luchar durante semanas por su vida. El 16 de febrero, sufrió un grave accidente automovilístico mientras regresaba a su hogar en Gobernador Castro. Circulaba por Ruta 191 en dirección a Ruta 9 cuando perdió el control del vehículo y volcó. Como consecuencia del siniestro, sufrió un traumatismo de cráneo severo y múltiples lesiones. Viajaba con un amigo que solo sufrió heridas leves.
Durante su internación, Enzo atravesó una larga recuperación que mantuvo en vilo a su familia y comunidad, que lo acompañaron con esperanza. Sin embargo, el 14 de abril su corazón dejó de latir. En un último gesto de amor, donó sus órganos, y con ello salvó tres vidas: una mujer de 35 años y un joven de 30 recibieron un riñón cada uno, y otra mujer de 61 años recibió un trasplante de hígado.
Enzo dejó una huella imborrable no solo por su donación, sino también por la fuerza que transmitió en vida y la solidaridad de su familia, que sigue honrando su memoria ayudando a otros.