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“Salvar la ropa”, esa es la cuestión. “Vamos a salir dignamente”, aseguró ayer un integrante de la campaña libertaria. “No sabemos si alcanza para ganar, pero se mejoró”, agregó.

El Gobierno recuperó algo de optimismo. No tanto como para pronosticar un triunfo en las elecciones de este domingo, pero suficiente para contrarrestar el clima sombrío que reinó en La Libertad Avanza entre la contundente derrota bonaerense del 7 de septiembre y la resolución del caso José Luis Espert.

No sobra nada. Más aún porque la última semana de campaña, que tendrá su coronación final con el acto de cierre del próximo jueves en Rosario, quedó teñida por una acumulación de versiones en torno al Gabinete, visiblemente desgastado y a la espera de un seguro reseteo a partir del próximo lunes. “Lo único que no puede pasar es lo que pasó el 8 de septiembre”, confió anoche un dirigente que entra y sale de Casa Rosada. Ese lunes, tras el durísimo traspié en la provincia de Buenos Aires, el Presidente y su hermana no introdujeron ningún cambio de raíz en el equipo de gestión. Esa decisión elevó la tensión interna hasta un nivel intolerable. A tal punto que el propio Milei reconoció, la última semana, que se aproximan cambios más allá de aquellos funcionarios que dejarán la gestión por cuestiones electorales. Puertas adentro del Gobierno se asegura que más de la mitad del Gabinete podría sufrir modificaciones a partir de la semana próxima.

Entre esas posibles modificaciones, la más relevante está concentrada en cómo será la continuidad del triángulo de hierro, el sistema de toma de decisiones que implementó Milei el año pasado tras la salida de Nicolás Posse y que consolidó la concentración de poder en manos de Milei, su hermana Karina y el consultor Santiago Caputo. Ayer, las especulaciones alrededor del futuro del estratega seguían al tope de las casas de apuestas del sistema político. “No le interesa ningún cargo, hará lo que Javier considere”, hicieron trascender en las últimas horas en el entorno del consultor. La reestructuración del triángulo de hierro seguía anoche guardada bajo siete llaves. También la continuidad de otros funcionarios, por ejemplo Guillermo Francos, o el ministro del Interior, Lisandro Catalán, un protegido del jefe de Gabinete. Hay otros casos, como el del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, que ya le confirmó a sus habituales confidentes que buscará nuevos destinos a partir del lunes 27.

En el seno de La Libertad Avanza descuentan que la profundidad de la reorganización del Gobierno no está atada al resultado de este domingo, como así tampoco la necesaria construcción de acuerdos de gobernabilidad con base en el Parlamento. Pero un triunfo puede ser para Milei un punto de partida mucho más auspicioso para la edificación de esos consensos que ahora son monitoreados directamente desde Washington. Fue lo que reclamó, de manera informal, el lobista republicano Barry Bennett en la última incursión que hizo en la Argentina, estas semanas, de la mano de Santiago Caputo. En lo formal, y de manera directa, fue el pedido formulado públicamente por Scott Bessent, el secretario del Tesoro americano, que se convirtió en una pieza clave del rescate financiero a la gestión libertaria por parte de la administración de Donald Trump.

Ayer, el Gobierno intentó honrar esos reclamos y ensayó un gesto de acercamiento con los bloques aliados en el Congreso. Martín Menem convocó a un encuentro informal de la comisión de Presupuesto y Hacienda con Carlos Guberman, el secretario de Hacienda, y José Rolandi, vicejefe de Gabinete, como invitados especiales. No hubo mayores avances que la concreción de la reunión que volvería a citarse hoy y mañana como antesala de la convocatoria del próximo 4 de noviembre. Los más molestos fueron Miguel Ángel Pichetto y Nicolás Massot, que se retiraron antes de que finalice la reunión y pidieron por la presencia del ministro Luis Caputo, “Toto”. “El domingo, la clave es leer los resultados por el porcentaje que saque el Gobierno. Eso medirá su capacidad de abrir un diálogo de negociación en serio. Es necesario un cambio de actitud institucional con alianzas más efectivas”, reclamó Pichetto.

Informe por Federico Mayol – completo en Infobae
Fuente Infobae