La Ordenanza Municipal 6212/16, adherida a la Ley Provincial 15406, estableció en San Pedro una normativa clara: Pirotecnia Cero. La medida, impulsada con el objetivo de generar empatía —con personas con autismo, animales, adultos mayores, veteranos de guerra y muchos otros— no fue solo una cuestión legal. Fue, ante todo, un gesto de humanidad.
Pero la empatía no se decreta: se practica.
Y en estos días quedó claro que las palabras no alcanzan cuando los hechos van en sentido contrario.
Durante una final de fútbol en el Estadio Municipal, se utilizaron fuegos artificiales y bombas de estruendo durante varios minutos y en dos situaciones. Todo fue una fiesta. Nadie intervino. Nadie frenó nada. Y, lo más preocupante, nadie dijo una sola palabra después. Ni responsables políticos, ni funcionarios del área, ni autoridades que debían velar por el cumplimiento de la norma.
Entonces, ¿para quiénes se aplica la ley? ¿Para algunos sí y para otros no? ¿La empatía tiene excepciones?
Porque después vienen las fotos. Las campañas. Las frases de ocasión. Los discursos vacíos sobre inclusión y respeto. Pero cuando hay que actuar, cuando hay que frenar lo que se sabe que está mal, el silencio se vuelve cómplice.
Hoy, más que nunca, recordamos que la empatía no es una firma.
Es una decisión cotidiana. Es hacer cumplir lo que decimos defender. Porque de lo contrario, todo se reduce a una gran puesta en escena.
En San Pedro rige una ordenanza que prohíbe la venta y uso de pirotencia desde 2016
En 2023 concejales del oficialismo presentaron un proyecto para adherir a San Pedro a la Ley de Pirotecnia Cero que rige en la Provincia de Buenos Aires. Fue aprobado en el HCD