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El Día del Panadero se celebra cada 4 de agosto en la Argentina, en recuerdo a la fundación de la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos, que fue el primer sindicato en el país en reunir a los trabajadores de este sector. El objetivo de la agrupación era alcanzar mejores condiciones laborales, salarios dignos y reconocimiento de sus derechos.

La ideología impulsada por sus creadores es la que luego llevaría a los panaderos a nombrar a sus facturas de distintas maneras, siempre bajo un significado curioso que posee un sentido crítico de la sociedad y de distintos sectores.

Hacia finales del siglo XIX, el sector panadero contaba con jornadas laborales extensas, que superaban las 10 horas de trabajo diarias. Los salarios resultaban bajos y las condiciones muy extenuantes, lo que generaba un gran descontento entre los trabajadores. De esta manera, Ettore Mattei, un anarquista italiano, decidió organizar a los panaderos para crear el primer sindicato en el país. Junto a Errico Malatesta, otro italiano y teórico del anarquismo moderno, creó el 4 de agosto de 1887 la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos.

A lo largo de los años, el dúo y su grupo protagonizaron diferentes huelgas en búsqueda del reconocimiento de sus derechos y mejores condiciones de trabajo. Sus principios se basaban en la solidaridad y resistencia, a través de la acción directa y paros laborales para reclamar sus necesidades. Desde 1894 hasta 1930, esta sociedad publicó El obrero panadero, un periódico que se encontraba bajo la dirección y edición de Mattei.

Actualmente, la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos no se encuentra en actividad. Sin embargo, desde 1957, en un proyecto impulsado por el Congreso de la Nación, se la recuerda en el Día del Panadero.

En San Pedro, al igual que en cientos de localidades, los panaderos siguen siendo parte fundamental del entramado social y económico. En muchos barrios, el olor a pan caliente es el primer indicio de que comienza un nuevo día. Detrás de cada factura, cada pan francés o pebete, hay horas de esfuerzo, noches sin dormir y un oficio que pasa de generación en generación.

Desde Crónica San Pedro, saludamos a todos los panaderos y panaderas que con dedicación y vocación sostienen un rubro esencial para nuestras comunidades.