En octubre de 2021, durante la Fiesta de las Colectividades en San Pedro, un motorhome impecable llamó la atención entre el bullicio del evento. En su carrocería, unos cartelitos decían: “Alas por el Mundo”. Allí estaban Flor y Gera, una pareja sampedrina, junto a su casa rodante llamada Atahualpa, y con ellos, sus hijos, su historia y un sueño que comenzaba a rodar.
Hoy, casi cuatro años después, siguen en viaje. Los seguimos por redes sociales, desde sus reels en Instagram y su página oficial de Facebook, donde relatan, con emoción y autenticidad, el alma de este proyecto que nació mucho antes de tomar la ruta.
Porque “Alas por el Mundo” no nació en un mapa, sino en un hogar de niños.
Flor y Gera se conocieron en el Hogar Gomendio de San Pedro, donde convivieron más de 14 años acompañando la vida de más de 60 chicos. Allí aprendieron que dar también es recibir. Junto a un grupo de amigos, formaron un colectivo solidario llamado “Alas para Ti”, y de esa experiencia nació el nombre del proyecto que hoy los lleva por América.
“Alas por el Mundo es la unión de dos sueños: el de Gera, de recorrer el mundo, y el de Flor, de abrir un hogar para niños”, cuentan en su página. Y aunque ese hogar aún no se concretó físicamente, decidieron llevarlo con ellos, en cada destino, en cada encuentro.
Donde van, llevan alegría.
Un pelotero viaja en el motorhome y se arma en plazas, barrios y escuelas.
Gera hace magia, Flor se transforma en payasa, y los chicos —Rufi, Marga e Iru— se integran con otros como si fueran vecinos de toda la vida.
Juegos, canciones, abrazos y momentos únicos que quedan grabados tanto en quienes reciben como en quienes dan.
“Alas por el Mundo no es solo una historia de viaje. Es una historia de amor, de entrega, de raíces que hoy se expanden por toda América”, escriben. Y agregan una frase que resume todo:
“Porque cuando uno da… todos volamos más alto.”
Gracias, Flor, Gera y familia, por llevar el nombre de San Pedro con tanto amor y por demostrar que soñar también es una forma de transformar.