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El 25 de enero de 2018, la tranquilidad de San Pedro se rompió de manera brutal cuando un tiroteo sacudió la ciudad. Aquel día, dos delincuentes intentaron asaltar un camión que dejaba mercadería en un supermercado ubicado cerca del centro. Los agentes de la Policía Local, entre ellos el Subteniente Nelson Lillo, intervinieron rápidamente, desatándose un enfrentamiento fatal que acabó con la vida de Lillo y de uno de los asaltantes. La ciudad se llenó de sangre y tragedia, marcando un antes y un después en la historia de San Pedro.

Nelson Lillo, valiente, luchó hasta el último momento por proteger a los ciudadanos. Poco antes de su trágica muerte, el subteniente había expresado en sus redes sociales un mensaje que hoy sigue resonando: “Si me voy en servicio para no volver, quiero que sepan que me voy con orgullo peleando contra la realidad que muchos temen y otros ignoran. Para los que me aman el sacrificio resonará por siempre”. Unas palabras que, con el tiempo, se han convertido en un homenaje a su dedicación y compromiso.

“Si me voy en servicio para no volver, quiero que sepan que me voy con orgullo peleando contra la realidad que muchos temen y otros ignoran. Para los que me aman el sacrificio resonará por siempre”

Hace dos años, la Plaza del barrio Futuro, donde Nelson había jugado de niño, fue rebautizada en su honor. Cada aniversario, su familia y amigos se reúnen en la esquina de las calles Rivadavia y Oliveira Cezar, frente a la placa conmemorativa, para rendir homenaje a su memoria y a su sacrificio.

El responsable de su asesinato, Roberto Branto Ayala, fue condenad a 48 años de prisión tras ser hallado culpable por un jurado popular. En ese mismo enfrentamiento, otro de los asaltantes, Pablo Morel, perdió la vida, también producto de los disparos efectuados durante el tiroteo

Hoy, a siete años de la tragedia, el recuerdo de Nelson Lillo permanece vivo en el corazón de la comunidad, que continúa rindiendo homenaje a su valentía y sacrificio.