Por la suba del dólar, se multiplican los faltantes y los aumentos de precios en las góndolas
Muchos proveedores decidieron suspender las ventas a los mayoristas y a los autoservicios; los problemas más graves se dan en harinas, aceites y azúcar
a estampida del dólar ya se siente con fuerza en las góndolas y sus efectos van más allá de los inevitables aumentos de precios. En las últimas horas, se multiplicaron las quejas y preocupaciones de toda la cadena comercial -desde los mayoristas hasta las grandes cadenas de supermercados, pasando por los autoservicios chinos y los comercios de barrio- que se encuentran con nuevos problemas como los quiebres de stock, las entregas suspendidas o -en el mejor de los casos- los cambios en las condiciones de venta.
En la última semana los problemas más graves se sintieron con las harinas (y los productos farináceos en general) y con el azúcar. Pero en los comercios sostienen que los faltantes se están generalizando a cada vez más productos, desde el aceite -a esta altura, un clásico en materia de desabastecimiento- hasta gelatinas, mermeladas, café o saquitos de té.
“Muchas marcas de aceite directamente no están entregando y lo que se consigue son las nuevas presentaciones, como los productos con ‘alto contenido oleico’ o ‘girasol plus’ que llegan con aumentos muy grandes. Y en el caso del azúcar, entre ayer y hoy las dos principales marcas anunciaron aumentos del 20%. Y en menos de dos meses el precio al que compran los chinos y los almacenes casi se multiplicó por tres”, explicaron en un distribuidor mayorista que abastece a los pequeños comercios.
En el caso de la harina, los mayoristas se quejan de que algunos proveedores directamente suspendieron las entregas. “Hoy, las dos principales empresas del rubro nos comunicaron que las ventas estaban suspendidas hasta nuevo aviso. Y las que siguen entregando lo hacen con cambios en las condiciones. Te toman los pedidos, pero no te respetan los precios y te avisan que el valor va a estar cuando se concrete la entrega”, explicaron en una pequeña distribuidora de alimentos.
Ventas suspendidas
A la hora de explicar los problemas en las entregas la mayoría de las empresas reconoce que tienen suspendidas las ventas hasta nuevo aviso porque no tienen precio. “No sabemos a qué precio vamos a poder reponer los insumos”, es el principal argumento. Sin embargo, también hay algunas firmas que apelan a otras estrategias. “Ahora tengo a la mitad de mis proveedores cerrados por vacaciones. Las vacaciones de invierno son la excusa perfecta para todos los que tienen las ventas suspendidas por el dólar”, señalaron en otro mayorista.
LA NACION