La Dra. Antonela De Luca fue despedida de la guardia del hospital luego de 6 años de trabajo
A través de los reclamos de CICOP nuestro medio tomo conocimiento este jueves de lo que estaba sucediendo en la guardia del hospital. Dos médicos fueron despedidos de la parte de emergencia sin tener consideración alguna de la importancia en estos momentos de la falta de personal en tiempos de pandemia. Uno fue reincorporado este viernes.
Podemos decir que es difícil entender esta situación hasta muy contradictorio, cuando por un lado se pide públicamente que los profesionales sigan trabajando y se habla de la grave situación de la falta de personal, pero por otro lado se despide a dos médicos sin tener reemplazo alguno en medio de una problemática y una posible tercer ola de coronavirus.
Los dos profesionales fueron ya comunicados de la desafectacion del cargo antes que terminara junio, a quienes les explicaron que no le renovaban el contrato.
Facundo Fernandez fue reincorporado a su trabajo luego de que CICOP, el gremio el cual esta afiliado, tomara intervención.
Pero la Dra De Luca, oriunda también de Rosario, no quiere ni pide lo mismo. Nuestro medio dialogó con la profesional, quien nos brindó una brillante nota contando todos los detalles de lo sucedido y el porque tomo la decisión de no luchar por quedar volver a su puesto:
“Mi nombre es Antonela De Luca, soy médica, trabaje (hasta que me despidieron) casi 6 años en la guardia general del hospital. Soy de la ciudad de Rosario, como la mayoría de los médicos que trabajamos en la guardia, así que con gran esfuerzo cada martes viajaba hacia San pedro, a veces en auto propio, a veces con otro colega, a veces en cole, trafic etc, para cumplir con nuestra carga de 24 hs. Sumado a eso hacemos además guardias de fin de semana”.
“El papel que tiene el médico de guardia y sobre todo en San Pedro es importante, y el trabajo es arduo. Atendemos todas las urgencias, hacemos derivaciones a otras entidades de salud, atendemos covid, atendemos también la demanda espontánea de la gente que consulta desde por un dolor de uñas hasta por alguna enfermedad grave, por lo tanto también realizamos el ingreso y las internaciones de los pacientes. Trabajar en la guardia créeme no es trabajo fácil”.
“Pasas más de 30 horas fuera de tu casa, a veces mucho más, no tenes un horario para comer, no sabes si vas a poder al menos sentarte para poder descansar aunque sea los pies, llega un punto que nos cuesta estar parados. Pasamos de atender una urgencia, en donde se debe actuar con rapidez porque la vida del paciente corre peligro, intubar, colocar vías, reanimar si es necesario; atender un dolor de garganta que esta pateando la puerta para que lo atiendan rápido, porque en la guardia no puede haber demoras, no más de 15 minutos te dicen”.
“No importa si descansaste o no, si te recuperaste del estrés de esa urgencia o no, anda y seguí atendiendo, de seguro, tenemos que cargar nosotros mismos a esos pacientes que acabamos de reanimar en una urgencia y llevarlos a realizar las tomografías o el estudio que requiera. Y ahí no se termina el trabajo, hay que hacerle el ingreso, historia clínica, indicaciones médicas, laboratorio, control y evolución”.
“Trabajar ahí con ese ritmo no es fácil, ni te cuento yo, que llevaba 6 años en el mismo lugar. En octubre del año pasado me comencé a sentir mal ahí, incomoda, mal tratada por autoridades (jamás por colegas y compañeros). Cada vez se me hacia más difícil trabajar ahí, me costaba respirar, me dolía el pecho, explotaba en llanto”.
“Decidí poner punto final a ello y le escribí una carta al director del hospital y a la municipalidad, en donde les pedí encarecidamente que me sacaran de ahí, que me trasladaran a otro lugar para cumplir mi carga horaria sin que mi trabajo y mi sueldo se vieran comprometidos”.
“Porque es mi fuente de ingreso y mi sostén económico. Me acuerdo como lloraba cuando se lo pedía, casi suplicando. Estaba cansada, muy cansada y no tanto del trabajo, sino también de los malos tratos, de las malas condiciones laborales, de la falta de empatia con los médicos”.
“Hace más de 3 años que no nos aumentan el sueldo y no nos dejan ni reclamar porque nos amenazan”
“Bueno, conclusión, seguí en el mismo lugar, me negaron el pase, me dejaron presa ahí dentro, seguí igual con mi mejor fuerza y voluntad, atendiendo y brindadome de la mejor manera como soy yo, con el alma y con vocación”.
“La pandemia lo empeoró todo, médicos se nos enfermaban, morían, el sueldo y las condiciones indignas hicieron que cada vez más médicos se dieran de baja en la guardia, llegamos a trabajar con la mitad del staff o incluso con un solo médico”.
“Y así fue como en uno de mis fin de semana de guardia, siendo sólo mi colega y yo para todo un hospital, (faltaba la mitad de los médicos) luego de atender más de 6 urgencias en 1 sola noche, en cuestión de horas, comencé con psoriasis en todo el cuerpo,enfermedad que aun padezco”.
“Así que comencé tratamiento dermatologico y psiquiátrico por ello, sumado a que tuve insomnio y depresión”.
“Por eso al día de hoy estaba con licencia pero con muchas ganas de recuperarme pronto, y no se si iba a poder volver a la guardia, pero a alguna tarea que involucre atención de pacientes pero más pasiva si quería”.
“Solo esperaba mi recuperación, y así fue como hace 3 días me llego de sorpresa el telegrama de despido, básicamente como diciendo: no nos servís enferma, quédate en tu casa”.
“Duele ver que nadie nos protege, que no nos dan estabilidad laboral, que te descartan como ratas, a mi colega le hicieron lo mismo, sin ningún argumento, lo desvincularon de su cargo”.