Heridas que duelen: la historia de una abuela frente a la inseguridad

La reciente noticia sobre el ataque a una abuela en la calle Aníbal de Antón ha dejado a nuestra comunidad conmocionada. Las imágenes del violento asalto, captadas por cámaras de seguridad, son un recordatorio brutal de la inseguridad que enfrentamos día a día. Una mujer de 87 años, jubilada y vulnerable, se convierte en víctima de un ataque sin sentido por parte de delincuentes con frondosos antecedentes. Este incidente no es un caso aislado; es el reflejo de un problema más profundo que afecta a nuestra sociedad: la “puerta giratoria” de la justicia

La abuela, quien llevaba consigo solo unas compras sencillas, sufrió graves heridas en su rostro tras un forcejeo. Las cicatrices físicas son dolorosas, pero las emocionales pueden ser aún más profundas. Su hija, visiblemente angustiada, relató que su madre ya había sido testigo de un robo reciente en el barrio. Es desgarrador pensar que una mujer que debería sentirse segura en su comunidad ahora vive con miedo.

La víctima ahora enfrenta la necesidad de recuperarse tanto física como emocionalmente. A pesar de su fortaleza, este ataque ha dejado huellas que no se sanarán fácilmente. Se ha programado una cita con un médico y, posiblemente, con un psicólogo. Nadie debería tener que atravesar esta experiencia, y menos una persona mayor que se encontraba simplemente regresando de un supermercado

“Mi mamá no quería hacer la denuncia porque sabe que son siempre los mismos. Está muy dolorida, además, tiene la nariz y los ojos muy lastimados, y siente mucho miedo. Al día siguiente, vino la policía para llevar a mi mamá, se pusieron a disposición luego de que se viralizara el video, ya que no habíamos denunciado. Estamos muy agradecidas con los medios de comunicación y con todas las personas que colaboraron con nosotras”, nos contaba Silvia.

El camino hacia la justicia es incierto. Aunque los delincuentes están “aprehendidos”, aún no se sabe cuál será el dictamen de la justicia.

Es momento de reflexionar. La inseguridad no debe ser nuestra realidad cotidiana. La protección de nuestros mayores y la seguridad en nuestras calles deben ser una prioridad. La justicia debe ser firme y garantizar que aquellos que cometen estos actos crueles no puedan volver a hacer daño. Solo así podremos comenzar a sanar las heridas de una sociedad que anhela vivir en paz.

Es importante destacar que los delincuentes fueron captados por las cámaras de seguridad de un vecino, lo que evidencia la necesidad de implementar un sistema de monitoreo más efectivo en nuestra comunidad. A pesar de que este tipo de tecnología puede ser crucial para la aprehensión y disuasión de delitos, el centro de monitoreo municipal en nuestra ciudad ha demostrado ser poco eficiente. La falta de patrulleros y personal policial también contribuye, subrayando la urgencia de un cambio en las leyes y en la estrategia de seguridad pública.

Por último, cabe mencionar que en septiembre, el intendente Cecilio Salazar firmó un contrato con la empresa Meyrin S.A. para la ampliación del Centro de Monitoreo. Este contrato incluye la instalación de 50 cámaras adicionales, que estarán distribuidas entre cámaras fijas y domos, así como mejoras en la conectividad y resolución de las cámaras existentes. Este proyecto ya se encuentra en proceso.